Hace un tiempo, en un evento en el que llevamos nuestras bañeras de crioterapia, una mujer se nos acercó y nos preguntó: ¿puedo hacer crioterapia si tengo diabetes?. En su momento no supimos contestar y le recomendamos consultar con su médico.
Pero, esta duda nos llevó a investigar sobre los posibles efectos y beneficios de la crioterapia en personas con diabetes tipo 2. Y los resultados son muy interesantes.
Spoiler: la crioterapia puede ser una herramienta positiva para las personas con diabetes tipo 2 y resistencia a la insulina.
¿Qué es la diabetes?
La diabetes es una enfermedad crónica en la que el cuerpo no regula bien los niveles de azúcar (glucosa) en la sangre. Esto puede suceder porque el páncreas no produce suficiente insulina o porque el cuerpo no la utiliza de manera eficaz (resistencia a la insulina).
La insulina es una hormona producida en el páncreas, que transporta la glucosa del torrente sanguíneo hasta el músculo, la grasa y otras células, donde puede almacenarse o utilizarse como fuente de energía. En pocas palabras, la insulina controla y ayuda a bajar la glucosa.
Hay 3 tipos principales de diabetes:
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Tipo 1: El cuerpo no produce o produce poca insulina debido a que las células productoras de insulina en el páncreas están dañadas por un proceso inmune y dejan de trabajar. En estos casos, se necesitan inyecciones diarias de insulina.
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Tipo 2: El cuerpo es resistente a la insulina y no la utiliza correctamente. Es la forma más común y se asocia con la obesidad, aunque no todas las personas con diabetes tipo 2 tienen sobrepeso.
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Gestacional: Se desarrolla durante el embarazo y generalmente desaparece después del parto, aunque aumenta el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 más tarde.
En este artículo nos vamos a enfocar en la diabetes tipo 2 y la resistencia a la insulina (“pre-diabetes”), ya que es donde la crioterapia puede tener un mayor impacto positivo.
¿Qué es la crioterapia y qué efectos tiene en el cuerpo?
La crioterapia es una práctica donde nos sumergimos a cuerpo entero en agua muy fría (por debajo de los 13 °C), por un corto periodo de tiempo, entre 2 y 5 minutos.
Cuando el cuerpo entra en contacto con el agua fría, se activan múltiples procesos en todo el cuerpo:
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Se activa la respuesta de “lucha o huida”: se libera adrenalina, se aceleran los latidos del corazón y la respiración.
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Los vasos sanguíneos de las extremidades (brazos y piernas) se contraen para conservar el calor en el núcleo del cuerpo, donde están los órganos esenciales.
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Se liberan endorfinas y dopamina, neurotransmisores que mejoran el estado de ánimo y reducen el estrés.
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Una vez que el cuerpo se adapta, pasamos de una respuesta simpática (activación) a una parasimpática (relajación): los BPMs comienzan a bajar y la respiración es más profunda y controlada.
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Al salir del agua, la vasodilatación reactiva la circulación, llevando más oxígeno y nutrientes a todo el cuerpo.
Crioterapia, Grasa Parda y Glucosa
Uno de todos estos procesos, el que nos atiene en este artículo, que suceden cuando hacemos crioterapia es la activación de la grasa parda, también conocida como brown fat.
Thomas P. Seager (PhD) explica el proceso así. Cuando nos exponemos al frío se activa el sistema nervioso simpático y la respuesta de huida o lucha. Los vasos sanguíneos se contraen para proteger la temperatura del core y el hígado libera glucógeno en el torrente sanguíneo.
Si tuviéramos un medidor, veríamos que se produce un pico de glucosa: aumenta el azúcar en sangre en caso de que los músculos o la grasa necesiten ese boost de glucosa para dar pie a la termogénesis por frío. Y acá está el quid de la cuestión: la activación de la grasa parda va a mitigar ese aumento y hacer que la glucosa comience a caer.
Cuando nuestra temperatura corporal cae se activa la grasa parda -el principal regulador de la temperatura corporal- para recuperar la temperatura. ¿Cómo? A través de la activación de las mitocondrias. Estas son las protagonistas en este cuento ya que agarran grasa blanca y glucosa del torrente sanguíneo, las combustionan y generan energía (ATP). En otras palabras, la grasa parda elimina el exceso de glucosa del torrente sanguíneo, la cual utiliza para producir calor.
Seager explica que, en respuesta al frío, los receptores de insulina de una persona con diabetes tipo 2 se abren e inundan los músculos y la grasa parda con la glucosa necesaria para generar calor mediante la termogénesis por frío. Las mitocondrias queman el exceso de glucosa a la mayor velocidad posible para generar calor y así mantener el cuerpo caliente.
Aunque los mecanismos de resistencia a la insulina son complejos, hay estudios (Kim et al. 2008) que la relacionan con anomalías mitocondriales. Esto refuerza la idea de que la crioterapia puede estimular la función y creación de mitocondrias, favoreciendo el metabolismo de la glucosa.
En un estudio (Hanssen et al., 2015) se evaluó a un grupo de hombres alemanes obsesos de mediana edad. Estos pasaron cuatro horas diarias al aire fresco (exposición al frío) durante diez días seguidos, vestidos únicamente con pantalones cortos y remeras. Luego de este periodo se observaron mejoras en la sensibilidad a la insulina de hasta un 80%.
En conclusión
En resumen, la crioterapia puede ayudar a las personas con diabetes tipo 2 por los siguientes motivos:
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Activación de la grasa parda → termogénesis → eliminación del exceso de glucosa para la producción de calor.
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Mejor sensibilidad a la insulina.
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Promoción de la biogénesis mitocondrial (creación de mitocondrias).
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Mejora del metabolismo.
Aunque la crioterapia puede ser beneficiosa, cada persona es distinta y tiene diferentes niveles de adaptación y reacción frente al frío (un estresor intenso para el cuerpo). Por eso, recomendamos siempre consultar con un médico antes de comenzar.
Si tenés diabetes de cualquier tipo, no inicies con esta práctica sin antes consultar con tu médico y tener su visto bueno. Y si tenes su ok y querés arrancar, en este artículo te contamos los fundamentos de la crioterapia y cómo arrancar con esta práctica si nunca la realizaste.
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(*) El contenido de este artículo es informativo y no reemplaza el consejo médico. Las personas con cualquier tipo de enfermedad deben consultar con un profesional médico antes de realizar crioterapia para garantizar su seguridad y beneficios.
Referencias:
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Ice Bath for Type 2 Diabetes, Thomas P. Seager.
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Jeong-a Kim, Yongzhong Wei, James R. Sowers, Role of Mitochondrial Dysfunction in Insulin Resistance (2008).
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Hanssen et al., Short-term cold acclimation improves insulin sensitivity in patients with type 2 diabetes mellitus (2015).
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The Huberman Lab, How To Use Cold & Heat Exposure to Improve Your Health (2024).