Cómo la crioterapia mejora la salud del cerebro: beneficios, ciencia y bienestar

Descubrí cómo la crioterapia puede potenciar tu salud cerebral, mejorar el enfoque, reducir el estrés y aumentar la energía. Conocé los beneficios respaldados por la ciencia.

Cómo la crioterapia mejora la salud del cerebro: beneficios, ciencia y bienestar

¿Qué es la salud cerebral y por qué es importante prestarle atención?

No es tan común que pensemos en el cerebro cuando hablamos sobre “mejorar la salud”. En general, se nos viene a la mente el corazón, los pulmones, el hígado, entre otros. Pero rara vez consideramos el cerebro. Y, honestamente, es un gran error. 

La salud cerebral se refiere al funcionamiento óptimo de las capacidades cognitivas, sensoriales, emocionales, conductuales y motoras del cerebro. Un cerebro sano permite procesar información, regular emociones, mantener la memoria y controlar funciones vitales.

En este artículo te vamos a contar cómo podés mejorar la salud de tu cerebro a través de la crioterapia y ayudarte a:

  • Mejorar el foco, concentración y productividad.

  • Tener un mayor rendimiento: en el trabajo, en el deporte y en la vida en todo sentido.

  • Balancear las emociones y el estado mental.

  • Combatir el brain fog.

  • Darle un boost a tus niveles de energía.

  • Elevar tu bienestar y calidad de vida.

 

¿Qué hace la crioterapia en el cuerpo?

Antes de hablar del cerebro, repasemos cómo impacta el frío en el organismo:

  1. Sistema Cardiovascular. El shock de frío genera una vasoconstricción inicial y luego una vasodilatación cuando salimos del agua. Esto hace que la sangre se llene de oxígeno y nutrientes, la cual luego fluye por todo el cuerpo, fortaleciendo el corazón, mejorando la circulación y promoviendo la reparación celular. 

  2. Sistema Nervioso. La crioterapia nos induce en un estado llamado “flight-or-fight”, el cual hace que se libere adrenalina, dopamina, endorfinas y otras hormonas y neurotransmisores que mejoran el estado de ánimo, el foco y reducen el estrés. 

  3. Brown Fat y metabolismo. La exposición al frío activa la grasa parda, un tipo de grasa metabólicamente activa que aumenta el gasto energético y ayuda a regular la temperatura corporal.

  4. Sistema Muscular. La exposición al frío activa la norepinefrina antiinflamatoria, reduciendo la hinchazón y aliviando el dolor.

 

¿Cómo la crioterapia mejora la salud del cerebro?

El Dr. Thomas P. Seager explica que las inmersiones en agua fría estimulan la producción de neurotransmisores clave que impactan las funciones cerebrales. Por ejemplo, un estudio (Šrámek et al., 2000) mostró que la dopamina y la noradrenalina aumentaron un 250% y 530% respectivamente tras una inmersión en agua a 14 °C.

Seager también explica que la exposición al frío aumenta la sensibilidad a la insulina, lo que puede evitar trastornos neurológicos y proteger al cerebro contra la disfunción metabólica. 

 

La resistencia a la insulina está relacionada con la formación de placas en los vasos sanguíneos, y la placa en el cerebro es un marcador fisiológico característico del Alzheimer.

 

Por otro lado, la exposición al frío activa la grasa parda, la cual produce hormonas neuroprotectoras e impulsa el crecimiento de mitocondrias en las células -cuando las mitocondrias fallan, se pueden tener problemas cognitivos y neurológicos, entre otros problemas de salud-. 

Por último, al aumentar la circulación, llega más sangre oxigenada y rica en nutrientes al cerebro, favoreciendo la producción de óxido nítrico por parte de las células endoteliales, crucial para la vasodilatación y la salud vascular. 

 

¿Cómo nos impacta el frío?

1) Dopamina: más foco y motivación

El frío dispara la liberación de dopamina. De la sesión de crioterapia vamos a salir más motivados y con mayor capacidad para enfocarnos, performar e incluso aprender. 

2. Adrenalina: energía y claridad mental

El impacto con el agua helada manda señales al cerebro para que libere adrenalina. Como resultado, sentimos un aumento de la alerta, claridad y energía. 

Este boost en la función cognitiva es especialmente bueno a la mañana cuando todavía estamos adormecidos y necesitamos un buen “cachetazo” para arrancar el día. Puede ser una gran alternativa para la cafeína. 

Además, hacer crioterapia por la mañana ayuda a regular el ritmo circadiano y, por ende, a dormir mejor. Esto también es un impacto beneficioso en nuestros niveles de energía.

3. Menos estrés

Al sumergirnos en agua a muy baja temperatura, el nervio vago se activa y cambia la respuesta del cuerpo de simpática a parasimpática, bajando el estrés. Además, como el frío estimula la liberación de endorfinas, dopamina y norepinefrina, mejora nuestro bienestar mental.

La crioterapia también nos hace más resilientes al estrés en el largo plazo. Meterse en agua helada, a pesar de la incomodidad, es un ejercicio. Cuando lo hacemos repetidamente en el tiempo, estamos entrenando al cuerpo para adaptarse y reaccionar menos al frío y, por ende, al estrés. De esta manera, estamos construyendo un mindset resiliente, que puede manejar y responder mejor al estrés. 

 

¿Qué más podés hacer para cuidar tu salud cerebral?

  • Sauna. Estudios recientes han demostrado que las sesiones de sauna pueden mejorar la memoria e incluso reducir el riesgo de Alzheimer y demencia. El calor del sauna aumenta el flujo sanguíneo al cerebro, lo que promueve el crecimiento de nuevas neuronas, mientras que sus efectos en la reducción del estrés pueden ayudar a prevenir el deterioro cognitivo.

  • Ejercicio. Las personas que hacen actividad física tienen más probabilidades de mantener su agudeza mental. Practicar actividad física con regularidad también puede ayudarte a mejorar el equilibrio, la flexibilidad, la fuerza, la energía y el estado de ánimo.

  • Sueño. Un buen descanso es fundamental para la regeneración neuronal y el buen funcionamiento cognitivo. 

  • Alimentación. Consumí alimentos ricos en nutrientes esenciales para el cerebro, como ácidos grasos omega-3, antioxidantes y vitaminas del grupo B. 

  • Estimulación cognitiva. Leer, aprender un nuevo idioma, resolver desafíos, hacer un curso. Todo esto mantiene la cabeza activa.

 

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(*) El contenido de este artículo es informativo y no reemplaza el consejo médico. Consultá con un profesional médico antes de comenzar cualquier práctica de exposición al frío.

 

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