¿Sabés cuál es el órgano más grande de nuestro cuerpo? La piel. En un adulto promedio posee una superficie aproximada de 2 metros cuadrados y pesa alrededor de 5 kg.
Es nuestra primera barrera de protección y también un reflejo de malestares que nos afectan tanto física como emocionalmente: transpiramos cuando estamos nerviosos, nos ponemos colorados si algo nos da vergüenza y sentimos “piel de gallina” ante ciertos estímulos y emociones.
La piel es un órgano vital que, muchas veces, no tiene el foco que merece. Cuidar de la piel no es solo una cuestión de estética, es salud.
¿Por qué es importante la salud de la piel?
Para responder es necesario conocer sus funciones principales:
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Protección: La piel es la primera línea de defensa contra bacterias, toxinas, temperaturas extremas y lesiones.
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Regulación de la temperatura corporal: Ayuda a mantener una temperatura corporal estable frente a cambios externos.
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Tacto: Con más de 5.000 receptores sensitivos en solo un centímetro cuadrado, permite percibir estímulos y transmitirlos al cerebro.
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Detox: Apoya la eliminación de toxinas y metales pesados a través de la transpiración.
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Indicador de salud: Los cambios en la piel pueden ser señales de enfermedades subyacentes.
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Síntesis de Vitamina D: Al exponerse al sol, la piel produce esta vitamina esencial para huesos y tejidos.
Le preguntamos a Agus Yarde Buller, herbalista y fundador de Naked Lunch, por qué considera fundamental la salud de la piel:
La piel es mucho más que “cómo nos vemos”: es un órgano vivo que conversa con todo el cuerpo. Es barrera, sensor y espejo. Cuando algo se desordena adentro —estrés, hormonas, microbiota, hígado, sueño— la piel lo cuenta antes que nadie.
Hoy hay un mundo de productos de skincare y parece que cuantos más usemos mejor. Me encantan y los uso, pero para mí la salud de la piel empieza por dentro. Cuidarla no es solo un gesto cosmético: es una forma de conectar con nuestra salud integral.
Una gran herramienta para mejorar la salud de la piel, como de todo el cuerpo, es incluir sesiones de sauna en la rutina semanal.
¿Por qué el sauna es beneficioso para la salud de la piel?
Boost en la circulación
El calor del sauna aumenta el flujo sanguíneo hacia la piel, llevando más oxígeno y nutrientes esenciales para la renovación y reparación de las células. Esto fortalece la barrera cutánea y reduce la pérdida de hidratación.
Poros, transpiración y desintoxicación
Transpirar es una de las maneras más naturales que tiene el cuerpo de eliminar toxinas. Si bien los riñones y el hígado son los principales órganos de desintoxicación, la piel también desempeña un papel de apoyo.
Con el calor del sauna aumenta la temperatura corporal, y el cuerpo responde transpirando. El sudor que se genera no es solo agua, sino que contiene toxinas, metales pesados, BPA y otros, que estamos sacando del cuerpo.
También, al transpirar nuestros poros se abren. Esto permite una limpieza profunda de la piel ya que estamos sacando impurezas, células muertas y exceso de sebo que obstruyen los poros. Esto ayuda a prevenir el acné y mejora la absorción de productos de skincare tras la sesión de sauna.
Reducción del estrés
Para muchos, el estrés es el factor principal de los problemas en su piel. El sauna ayuda a disminuir el cortisol, la hormona del estrés, que suele causar brotes de acné e inflamación.
15 minutos de sauna pueden hacer milagros: el aumento del flujo sanguíneo y la liberación de endorfinas promueven la relajación profunda, reducen los niveles de cortisol y elevan la sensación de bienestar.
Hidratación
Los saunas, especialmente los que son a vapor, pueden aumentar los niveles de hidratación de la piel. El ambiente cálido ayuda a la piel a absorber la humedad con mayor eficacia, lo que puede reducir la sequedad y la picazón.
Colágeno
El colágeno es el responsable de mantener nuestra piel firme y tersa. Con la edad la producción de colágeno disminuye de forma natural, lo que provoca arrugas y líneas de expresión.
El sauna puede ayudar a contrarrestar este proceso estimulando la producción de colágeno mediante el boost en la circulación, la liberación de proteínas de shock térmico, la desintoxicación y la reducción de la inflamación y el estrés oxidativo.

Evidencia científica: un estudio sobre el sauna y la piel
Un estudio de Kowatzki et al (2008) evaluó los efectos uso regular del sauna en la fisiología de la piel. Se analizaron 41 adultos sanos (20-49 años) que fueron separados en usuarios regulares (al menos una vez por semana) y usuarios no-regulares.
Los resultados mostraron que quienes usaban sauna al menos una vez por semana (vs. los no-usuarios) presentaban:
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Mayor hidratación y retención de humedad en la piel.
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Recuperación más rápida del pH y la función de barrera de la piel tras la exposición al calor.
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Niveles basales más bajos de grasa (sebo) en la frente.
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Mayor flujo sanguíneo a la piel, lo que favorece su reparación y resiliencia.
Estos hallazgos respaldan el uso del sauna como una herramienta eficaz para mantener la piel más sana, hidratada y equilibrada.
¿Cómo hacer una sesión de sauna para mejorar la piel?
El paso a paso recomendado:
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Hidratarse antes de entrar (agua o electrolitos).
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Sesión de 15–20 minutos máximo para evitar deshidratación o cualquier malestar.
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Re-hidratarse al salir.
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Ducha tibia o fresca para normalizar temperatura corporal y retirar toxinas e impurezas que quedan en la superficie de la piel. Acá podés incluir una exfoliación.
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Realizar rutina de skincare habitual, poniendo foco en la limpieza (para eliminar todo tipo de impureza que haya quedado en el rostro) y la hidratación.
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Crema humectante corporal para sellar la humedad.

Otros tips para mejorar la salud de la piel
Agus Yarde Buller nos compartió otros tips para fortalecer la salud de la piel. ¿Su regla número 1? Volver a lo básico.
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Alimentación consciente. Menos ultraprocesados, harinas refinadas, alcohol y azúcar).
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Un buen descanso de 7–8 horas.
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Movimiento diario para que todo circule.
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Apoyar con suplementos a base de plantas y hongos medicinales que complementen tu estilo de vida y skincare.
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Y algo que nunca falla: rituales simples para bajar revoluciones. Respirar, caminar al sol, cantar, estirar, volver al cuerpo.
“Honestamente, todo lo que hago a diario está orientado a sentirme espectacular; eso se nota en la piel. No me exijo: me guía la brújula del deseo, el placer y el bienestar“ nos cuenta Agus.
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*Disclaimer: La información proporcionada en este artículo es sólo para fines informativos y no pretende sustituir el consejo, diagnóstico ni tratamiento médico profesional. Consulte siempre con un profesional de la salud antes de usar una sauna (sobre todo si tiene alguna afección médica) o realizar cualquier cambio en su rutina de salud o bienestar.