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Fundamentos del Sauna

El sauna húmedo tiene numerosos beneficios para el cuerpo y la mente. Sin embargo, es importante saber cómo usar estos saunas y qué tener en cuenta al iniciar con la terapia de calor. Para disfrutarlo de forma segura, es clave la hidratación, sesiones graduales y escuchar siempre al cuerpo.

¿Qué es un sauna húmedo?


Seguramente cuando pienses en un sauna te imagines un cuarto pequeño hecho de madera. Estos son los típicos saunas secos de estilo nórdico. Ahora bien, los saunas húmedos son diferentes: funcionan a diferente temperatura y mantienen un nivel de humedad específico, creando otro tipo de experiencia.


Los saunas húmedos utilizan un generador de vapor para producir un calor intenso y alta humedad. Las temperaturas en este sauna oscilan entre los 54 °C y 60 °C, llegando a casi un 100% de humedad en el aire.


¿Por qué húmedo? El agua tiene mayor capacidad calorífica que el aire. Cuando estás dentro de uno de estos saunas, el aire está saturado con vapor de agua. Esto transporta más energía térmica a tu cuerpo que un sauna seco que se encuentra a la misma temperatura.


Por eso, aunque la temperatura sea más baja en un sauna húmedo, la sensación de calor puede ser más intensa que en un sauna seco. El aire puede sentirse denso y pesado al ingresar a un sauna húmedo, pero como la temperatura es más baja que en uno seco, no se sentirá demasiado caliente ni incómodo.



¿Para qué sirve el sauna húmedo?


La terapia de calor, realizada a través de un sauna húmedo, tiene numerosos beneficios para el cuerpo y la mente. Algunos de ellos son:


  • Reducción de la inflamación sistémica.

  • Eliminación de toxinas.

  • Mejora la circulación sanguínea.

  • Fortalecimiento del sistema cardiovascular.

  • Aumento de la capacidad pulmonar.

  • Reducción de los niveles de cortisol (estrés).

  • Mejora la salud de la piel.

  • Mejora la recuperación post-entrenamiento.



¿Qué hay que tener en cuenta para usar un sauna húmedo?


La hidratación

Lo más importante al usar un sauna es la hidratación. Al estar expuesto a altas temperaturas, lo que provoca sudoración intensa, corremos el riesgo de deshidratarnos. En este sentido, es de suma importancia tomar mucha agua antes y después de la sesión de sauna. Un litro de agua es una buena meta.

Si no tenés ganas de tomar agua, otras buenas opciones son el té sin azúcar, el agua de coco o una bebida con electrolitos. Evita los diuréticos como las gaseosas y, hagas lo que hagas, no tomes alcohol antes, durante o inmediatamente después de una sesión de sauna.


Con respecto al tiempo

La duración de la sesión de sauna depende de qué tan aclimatado esté tu cuerpo al calor extremo. Es decir, si sos beginner, usuario acostumbrado o experimentado.


  • Para principiantes o personas sensibles al calor recomendamos arrancar con sesiones cortas de 5 - 10 minutos máximo. Es muy importante prestar atención a cómo te vas sintiendo: si aparecen signos de mareo, malestar o deshidratación, interrumpí la sesión y pegate una ducha fría (no helada) para refrescar el cuerpo. Con el tiempo, se puede ir subiendo a sesiones más prolongadas.

  • Para usuarios más acostumbrados las sesiones pueden durar entre 15 y 20 minutos.

  • Para usuarios experimentados o acostumbrados a altas temperaturas las sesiones pueden durar entre 20 y 30 minutos. Sin embargo, también acá es muy importante tener cuidado y estar atento a los signos del cuerpo.


De la misma manera que te recomendamos ir introduciendo sesiones más largas de forma gradual, incorporalo de a poco en tu rutina semanal. Para arrancar, podes hacer 2 o 3 sesiones de sauna por semana. Si tu cuerpo se adapta bien a esa rutina, podés ir aumentando gradualmente hasta llegar a una rutina diaria o en días alternos para maximizar los beneficios del sauna.


Con respecto a la temperatura

Para quienes recién comienzan a usar el sauna, lo mejor es arrancar con temperaturas bajas, es decir, los primeros niveles que brinda la máquina de vapor. Recomendamos ir de a poco, dejando que el cuerpo se acostumbre al calor del sauna y vaya construyendo resistencia. Una vez que el cuerpo se adapta y la temperatura ya no es para nada incómoda, se puede ir aumentando gradualmente.


De nuevo, es importante escuchar al cuerpo; si sentís mareos o molestias, es esencial salir del sauna y refrescarse. Como recordatorio, el uso del sauna debe priorizar la relajación y los beneficios para la salud en lugar de la resistencia.


Con respecto al ejercicio

Después de un entrenamiento intenso, el cuerpo es más vulnerable a la deshidratación y los mareos. Por esto, te recomendamos esperar entre 15 y 30 minutos después de terminar el ejercicio o entrenamiento para hidratarte bien y refrescarte. Una vez que tu cuerpo se enfrió, una sesión de 15 a 20 minutos (10 minutos para principiantes) puede ayudar a estimular el crecimiento muscular, reducir la inflamación, mejorar la función cardiovascular y la resistencia.


Aunque puede brindar mayor flexibilidad muscular, no recomendamos utilizar un sauna antes de hacer ejercicio, ya que esto aumenta significativamente el riesgo de deshidratación y reducción del rendimiento.


Otras consideraciones

Al salir del sauna pegate una ducha fría (no helada) para refrescarte y volver a la temperatura corporal normal. Usuarios más experimentados pueden realizar una sesión corta de crioterapia (2 a 3 minutos). Acá es importante ducharse antes de entrar a la bañera para limpiar las toxinas que quedan en la superficie de la piel tras el uso del sauna. En resumen: siempre terminar con frío.


Tené en cuenta tu historial médico. A pesar de sus beneficios, los saunas pueden no ser adecuados para todo el mundo. Si tenés alguna enfermedad subyacente o estás tomando medicamentos, consultá con tu médico antes de usar un sauna. Si tenés alguna de las siguientes afecciones, no es recomendable usar el sauna (al menos, consultá si o si con tu médico):


  • Presión arterial alta no controlada.

  • Diabetes.

  • Insuficiencia cardíaca.

  • Ritmo cardíaco anormal o angina inestable.


No utilices el sauna si tomás medicamentos que interfieran con la capacidad del cuerpo para regular la temperatura o que produzcan somnolencia. No uses el sauna si estás enfermo. No consumas drogas recreativas antes, durante o después de utilizar la sauna.


A las embarazadas tampoco se les recomienda utilizar el sauna. O, de nuevo, consultar primero con tu médico u obstetra. En el caso de los hombres, el uso del sauna eleva temporalmente la temperatura del escroto. Esto no significa que funciona como método anticonceptivo. Sin embargo, el uso regular de la sauna puede reducir temporalmente tu recuento de espermatozoides y debe evitarse si estás intentando activamente embarazar a tu pareja.


Si comiste una comida pesada o potente, esperá una hora antes de entrar en el sauna.


Por último, no hay un momento ideal para usar el sauna. Sin embargo, puede ser más beneficioso a la noche ya que el sauna promueve un estado de relajación y puede mejorar la calidad y cantidad de sueño.


(*) Alfa Hackers está diseñado para apoyar un estilo de vida saludable, no para diagnosticar, curar o prevenir enfermedades o condiciones médicas específicas. Nuestras bañeras no son dispositivos médicos. Consulte a su médico antes de embarcarse en cualquier práctica de exposición deliberada al calor.


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