Crioterapia y Salud Mental
¿Qué beneficios para nuestra salud mental tienen las inmersiones en agua fría? ¿Puede la crioterapia mejorar nuestro estado de ánimo? ¿El agua fría es capaz de reducir la ansiedad, el estrés y la depresión?
En este artículo te contamos todo sobre los beneficios de los baños de agua fría para la salud mental y la ciencia detrás de ello.
Los beneficios de la crioterapia en la salud mental
Sumergirnos en agua helada para mejorar nuestro estado mental puede sonar un poco raro, pero son muchos los beneficios que experimentamos al practicar la crioterapia.
En primer lugar, la crioterapia alivia los síntomas de la depresión, la ansiedad y otras afecciones emocionales.
Durante y luego de la pandemia, millones de personas vieron su salud mental y emocional afectada. Según el Ministerio de Salud de la Nación, 1 de cada 3 argentinos presenta un problema de salud mental a partir de los 20 años.
Es así que surge una necesidad de herramientas que nos ayuden a mejorar nuestro ánimo y aliviar los efectos que la depresión y la ansiedad generan. Y la crioterapia es una de ellas a través de la liberación de endorfinas.
¿Cómo funciona esto? A medida que la temperatura interna del cuerpo desciende significativamente, el cerebro y otros órganos liberan ciertas hormonas y neurotransmisores del bienestar como endorfinas, dopamina, norepinefrina, serotonina y oxitocina.
Puede ser que se trate de un mecanismo defensivo: el cuerpo puede liberar automáticamente neuroquímicos como las endorfinas en momentos de estrés fisiológico. Dado que los niveles altos de endorfinas hacen que uno se sienta mejor y alivian la sensación de agotamiento o fatiga, la producción de endorfinas puede haber sido útil para garantizar la supervivencia de nuestros ancestros humanos en ambientes hostiles.
El efecto principal de las endorfinas consiste en aliviar el dolor, el malestar o el estrés en el cuerpo. De ahí su nombre: la palabra es una mezcla de endógeno y morfina, ya que la endorfina es un analgésico natural.
En segundo lugar, la inmersión en agua fría reduce el estrés y genera mayor resistencia a él. Esta práctica funciona como un “estrés controlado” por el cual obtenemos resultados positivos: según el Mental Health Center of America, sirve como "estrés positivo" ya que activa vías genéticas que ayudan en la regulación de situaciones difíciles que enfrentamos en la vida. Estas pequeñas dosis de estrés controlado también tienen efectos beneficiosos sobre nuestro sistema inmune. Este proceso es conocido como hormesis.
En el ejercicio físico ya existe el concepto de estrés beneficioso. Thomas P. Seager, PhD, explica que los músculos se fortalecen después de recuperarse de un duro ejercicio, porque los cuerpos responden al estrés adaptándose a los factores estresantes a los que han estado expuestos. El análogo en términos psicológicos es el ejercicio emocional, en el que la exposición moderada al estrés estimula una respuesta adaptativa positiva a lo que se llama eustrés (o estrés beneficioso) en comparación con la angustia.
En este sentido, la crioterapia también nos hace más resilientes al estrés en el largo plazo. Al exponer el cuerpo al estrés controlado del agua fría repetidamente a lo largo del tiempo, nos “entrenamos” para reaccionar menos al impacto del agua fría y, al mismo tiempo, para reaccionar menos al estrés a largo plazo. De esta manera, se produce una reducción del cortisol, también conocido como la hormona del estrés.
Ellen Vora, psiquiatra y autora de The Anatomy of Anxiety, explica que meterse en el agua y permanecer en ella a pesar de la incomodidad nos anima a creer en nuestra capacidad para afrontar desafíos que surgen en nuestras vidas y alcanzar las metas que nos proponemos.
(*) Nota: Si experimenta depresión, ansiedad u otros problemas de salud mental, considere buscar ayuda de un profesional. La información contenida en esta publicación tiene fines educativos y no debe considerarse consejo médico.
Do you know what healed me? The cold water. It brought me back into reality. Instead of being guided by my broken emotions toward stress and sorrow, the cold water led me to stillness.
- Wim Hof
Brooke Lily, diagnosticada con depresión y ansiedad cuando tenía 15 años, descubrió que nadar en agua fría la ayuda a controlar sus emociones negativas: “Toda mi vida pensé que la ansiedad tenía control sobre mí, pero desde el momento en que di mi primer paso en el agua fría supe que podía recuperar el control”.
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