Crioterapia, Mitocondrias y Cáncer
Charlamos con la Dra. Florencia Leinado y el Dr. Fernando Santana sobre medicina funcional, mitocondrias, células cancerígenas y la relación de todas estas cosas con la crioterapia.
En este artículo nos proponemos traerte toda la información sobre la importancia de las mitocondrias y cómo la exposición deliberada al frío puede ser un tratamiento complementario a los tradicionales en la lucha contra el cáncer.
Es necesario iniciar este artículo con una aclaración de la Dra. Florencia Leinado. La crioterapia no viene a reemplazar a la quimioterapia, la radioterapia o la cirugía, sino que se trata de un tratamiento que se suma y complementa a estas soluciones.
“Gracias a dios existe la medicina, la cirugía, la quimio, porque son las herramientas con las cuales podemos combatir los malos hábitos de vida que tuvo el paciente. Desde ningún punto de vista hablamos de reemplazarlas, sino integrarlas con otras herramientas como la crioterapia” explica la Dra. Leinado.
Dicho esto, podemos arrancar.
¿Qué es una mitocondria? ¿De qué se trata la re-ancestralización?
En la evolución de la humanidad se dió una simbiosis: ciertas formas vivas, pequeñas bacterias, que tenían la capacidad de producir oxígeno se introdujeron en otras células que no contaban con esa capacidad. Esto es una célula mitocondrial: un pequeño motor que le da energía, el ATP, a otras células.
La Dra. Leinado baja el concepto incluso más a tierra: “La mitocondria es el que te paga el alquiler, la luz y el gas. Para pagar todo eso necesitas plata, necesitas la energía y el ATP”.
Cada célula de nuestro cuerpo, con excepción de los glóbulos rojos, tienen mitocondrias. Éstas convierten la glucosa y las grasas en energía eléctrica (almacenada en ATP) que puede utilizarse para mover músculos y reparar o impulsar el crecimiento de tejidos. Cada función del cuerpo depende de las mitocondrias para la vida.
Los seres humanos evolucionamos bajo situaciones ambientales tremendamente imperiosas y complejas. A través del ayuno, el frío y el calor extremo, se forjó nuestro genoma, nuestro ADN. Es así que en nuestra evolución fueron claves los factores horméticos.
La hormesis es un fenómeno en el cual la exposición a dosis bajas o moderadas de un agente estresante, como el frío, resulta en una respuesta beneficiosa o adaptativa del organismo.
La re-ancentralización se trata de entender nuestra evolución y la importancia de no evitar estos factores. Es la idea de que lo que no te mata, te hace crecer. El Dr. Santana explica que es necesario recuperar este tipo de factores, lo cual no puede lograrse dentro de una oficina o un auto, sino que hay que bio-hackearlo. Incluso, no alcanza con sólo comer bien e ir al gimnasio.
“Una persona que come impecablemente y hace ejercicio, y tiene una vida que entendemos como saludable, puede tener malos resultados médicos. ¿Por qué? Porque perdió la capacidad de generar energía. Cualquier enfermedad es una crisis energética” - Dra. Florencia Leinado.
Al re-ancestralizar, estamos generando una mejor salud mitocondrial, lo que deviene en una mejor salud en general y una longevidad saludable. Y es acá donde entra en juego el frío, porque genera un estallido mitocondrial. Veamos por qué.
La relación entre el frío y las mitocondrias
Cuando nos exponemos al frío el cuerpo baja la temperatura corporal. En respuesta, las mitocondrias se activan: agarran grasa, la combustionan y generan energía (ATP) para elevar la temperatura corporal.
Cuando las mitocondrias están dañadas, el cuerpo es capaz de seleccionar a las mejores, las menos dañadas, para su replicación, y que estas puedan reemplazar a las antiguas (Lane 2005). Este proceso es estimulado por el ejercicio, la exposición deliberada al frío y el crecimiento, todas funciones que exigen energía. De los tres, el más poderoso puede ser el baño de hielo, explica Thomas P. Seager.
La exposición al frío recluta grasa parda para la termogénesis fría, y debido a que las mitocondrias son más densas en grasa parda que cualquier otro tipo de célula en el cuerpo, nada estimula tanto la producción de mitocondrias como un baño de hielo.
¿Puede la crioterapia considerarse un tratamiento complementario para el cáncer?
Para responder esto es necesario arrancar con otra pregunta: ¿Por qué se genera el cáncer?.
Los doctores explican que el cáncer puede entenderse como una cuestión metabólica y mitocondrial. Una célula sana es aquella que tiene flexibilidad metabólica, es decir, puede utilizar la glucosa, cetonas (grasas) y proteína como fuente de energía. Cuando una célula pierde esta flexibilidad, se enferma. Esto llevado al extremo deviene en una célula que sólo utiliza glucosa. Esta célula enferma, justamente, no tiene mitocondrias.
“Cuando una célula se queda sin mitocondrias, ahí estamos hablando de cáncer” explica la Dra. Leinado.
Con la cirugía, la radioterapia o la quimioterapia se puede curar el cáncer. Se tratan de tratamientos paliativos para algo que ya está dañado. Sin embargo, es necesario atacar el problema antes de que aparezca y poder prevenirlo directamente. Y he aquí la entrada del frío.
Como se mencionó previamente, el frío es uno de los mejores activadores de las mitocondrias. Por otro lado, cuando se activa la grasa parda, a través del frío, se quema energía (glucosa) en lugar de almacenarla. Y cuando se quema glucosa, se reduce el suministro de energía del tumor, lo que puede reducir y, a veces, incluso detener el crecimiento del tumor.
Existe un estudio en el que midieron la potencialidad de la exposición al frío en la reducción y el impedimento del crecimiento de tumores. Yihai Cao, del Instituto Karolinska en Suecia, estudió a un grupo de ratones que tenían implantadas varias células cancerosas. Los dividieron en dos grupos: uno controlado que se dejó como estaban y otro grupo que se expuso a temperaturas bajas durante 20 días. Los ratones que fueron expuestos a temperaturas frías tuvieron una “inhibición tumoral considerable” y una tasa de supervivencia de casi el doble que la de los ratones del grupo controlado.
Científicos también descubrieron que las temperaturas frías inhiben el crecimiento canceroso al estrangular la capacidad de las células para producir proteínas. Las temperaturas frías provocan espasmos en los vasos sanguíneos e impiden que sangre nueva llegue al tumor. Sin oxígeno y nutrientes procedentes de la nueva circulación sanguínea, los tumores no pueden producir las proteínas necesarias para mantenerse, lo que puede provocar que mueran y dejen de crecer.
(*) Muchas de las cuestiones mencionadas en esta sección provienen de estudios exploratorios o novedosos. De nuevo, no se está afirmando con certeza que la crioterapia por sí misma cura el cáncer. Además, siempre recomendamos a todos los que quieren iniciar esta práctica que consulten con sus médicos previamente.
¿Qué otras cosas se pueden hacer para mejorar la salud mitocondrial?
La Dra. Leinado y el Dr. Santana nos compartieron algunas acciones que podemos realizar para lograr el boost mitocondrial. Y lo mejor de todo: son cosas fáciles de llevar adelante, y que no consumen mucho tiempo del día.
Exponerse al frío, por ejemplo, a través de la crioterapia.
Grounding: caminar en patas en el pasto, la arena o la tierra.
Respirar bien y por la nariz, no por la boca.
Recibir el sol del amanecer y la mañana. Al menos 10 minutos.
Consumir grasas buenas (grasa animal, palta, frutos secos, aceite de oliva). A diferencia de lo que se puede pensar, a partir de los 60 años de edad son claves para el funcionamiento del cerebro las grasas. En nuestro artículo de Crioterapia & Grasa Parda lo explicamos mejor.
Dormir con la máxima oscuridad posible, a una temperatura relativamente baja (entre 19 y 21 grados) y lo más alejados posible de la luz chatarra (como la del celular). Además, desenchufar la mayor cantidad de enchufes dentro de la habitación.
Como explican los doctores, impulsar la salud mitocondrial es impulsar la salud general.
Si te gustó este artículo, en nuestro Blog Biohacker vas a encontrar muchísimos más para aprender sobre la relación entre el frío y distintos aspectos de nuestra vida: el sexo, la salud mental, el embarazo, todo esto y más.